lunes, 23 de noviembre de 2009

A él

Mi querido valedor de avatares y distancias, durante una treintena generosa de nieves y canículas me has guardado. Hermes personificado vino a decirme que tal vez marchabas, que el mundo entero contempla quieto la mano de Átropos, velando por que el sonido de un suspiro no le haga sesgar tu cuerda.
Si aguanto un poco más la respiración, quizá de ti se olvide.

jueves, 19 de noviembre de 2009

El instante

Sorpresa. No acertaba a comprender cómo, pero de alguna manera aquel papel había llegado hasta su bolsillo. Su mano, ajena, había notado las aristas de los pliegues bajo la tela de la chaqueta, allí donde momentos antes habitaba una feliz inconsciencia.
Una punzada de desconcierto le hacía palpar insistente la diferencia de volumen entre ambos bolsillos. Incredulidad. Mientras su mano se adentraba lentamente en las profundidades de la prenda, la curiosidad se lanzaba ahora al ataque sugiriéndole llamativos supuestos. Sospecha. Caras y hechos, unos más difusos que otros, le asaltaban mentalmente. Poco a poco comenzó a darle la impresión de que le hablaban, asechando inculpadores mientras aguardaban la conclusión.
¿Por qué las voces de los transeúntes, el tráfico, todo estaba insoportablemente alto? Todos gritaban.
Recordaba la última noche que... No, estaba seguro de que nadie le había visto. No era posible que...
¡Cerrad la asquerosa boca! Temor. Con el pavor de la presunción y lo incierto, tomó con ambas manos el papelillo. Poseído por ese atroz sentimiento, comenzó a desdoblar la pequeña hoja. Decadencia. Podía respirar la adrenalina, la ira, la morbosa contemplación de su propia destrucción; el próximo pliegue siempre prometía ser el último.
Se detuvo por un instante. Latidos. Respiró profundamente. Sudor pegajoso y helado. Contempló arrollado por una ola de comprensión, mientras se sentía caer a plomo.

Humanidad. Con el tiempo, no demasiado, el sosiego y la risa histriónica con los que pudo contemplar aquella maldita hoja vacía, dieron paso a la inquietud. ¿Por qué el papel estaba vacío?
Quizá habría sido mejor que no lo estuviera.

miércoles, 29 de abril de 2009

Pretenciones de acero

Hojas caen lamiendo pasos mecánicos,
son el paradigma de la simplicidad ignorada,
belleza humillada por estúpidas
circunstancias,
el aliento del entorno pasado por alto.

Asfalto que suspira humeando secretos,
son las promesas del alba despechada,
nocturnas lujurias, ebrias de voz quebrada,
la madre del mal que acecha en sus esquinas.

Sombra refulgiendo deseo y espejismo,
son las mentiras a medias contadas,
miradas muertas de día se desplazan,
la hormigueante rutina de selva metálica.

viernes, 17 de abril de 2009

Persecuta - Mario Benedetti

Como en tantas y tantas de sus pesadillas, empezó a huír, despavorido. Las botas de sus perseguidores sonaban y resonaban sobre las hojas secas. Las omnipotentes zancadas se acercaban a un ritmo enloquecido y enloquecedor.

Hasta no hace mucho, siempre que entraba en una pesadilla, su salvación había consistido en despertar, pero a esta altura los perseguidores habían aprendido esa estratagema y ya no se dejaban sorprender.

Sin embargo esta vez volvió a sorpenderlos. Precisamente en el instante en que los sabuesos creyeron que iba a despertar, él, sencillamente, soñó que se dormía.

lunes, 13 de abril de 2009

Edgar Allan Poe - Amigos que por siempre nos dejaron

Amigos que por siempre
nos dejaron,

caros amigos para siempre idos,
fuera del Tiempo
y fuera del Espacio!

Para el alma nutrida de pesares,
para el transido corazón, acaso.